Netorivas
El domingo fuimos con la familia a almorzar en un restaurante en el Paseo del Carmen, en Santa Tecla. Conversando con la propietaria nos contó que el negocio ha bajado sensiblemente por dos razones: la primera (pasajera) por el desvío del tráfico que ha trastornado la circulación vehicular por toda la ciudad y la segunda (permanente) por la proliferación de bares y “chupaderos” autorizados en la zona por la alcaldía.
Como tecleño y ferviente admirador de lo que el alcalde Oscar Ortiz había logrado en la zona, me sentí muy triste al oír a esta joven señora quejarse de la sensible baja en su negocio, pero más triste me sentí de saber eso de la proliferación de bares en medio del Paseo.
Seguramente, eso representa mayores ingresos para la alcaldía, pero destruye la buena imagen que se había creado alrededor de esa, antes, magnífica obra.
La dueña del restaurante no nos dijo si ese deterioro había ocurrido desde que Ortiz dejó la alcaldía, aunque parece improbable porque no ha transcurrido tanto tiempo como para provocarlo. Entonces el responsable es mi buen amigo, hoy candidato a la vicepresidencia por el FMLN, Oscar Ortiz.
Obviamente, la cosa no para allí. Detrás los chupaderos producen borrachos, los borrachos destruyen la imagen, causan desorden y escándalos. Además detrás de los chupaderos siguen las drogas y el crimen.
De no corregir esa situación, el Paseo del Carmen pronto será una oscura historia de lo que fue al principio.
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