El mes pasado, el ultra-conservador conductor de un programa de radio de Estados Unidos Rush Limbaugh, foto, que tiene muchos seguidores en su país, criticó al pontífice por sus comentarios escritos sobre la economía mundial.
Limbaugh, que no es católico, dijo que partes del documento eran “puro marxismo en la boca del Papa” y sugirió que alguien le escribió el texto. También acusó al pontífice de ir “más allá del catolicismo” y de ser “puramente político”.
Preguntado por las acusaciones, que generaron un debate en los medios y en la blogosfera el año pasado, Francisco, miembro de los jesuitas, orden asociada con políticas sociales progresistas, dijo: “La ideología marxista está equivocada. Pero en mi vida he conocido a muchos marxistas que son buenas personas, así que no me siento ofendido”.
El Papa también ha sido criticado por otros conservadores.
En el documento del mes pasado, considerado una plataforma para su papado, Francisco atacó el capitalismo sin límites, calificándolo de “nueva tiranía” y dijo que la “economía de la exclusión y la desigualdad” había mostrado ser mortal para muchas personas en todo el mundo.
En su respuesta a las críticas, Francisco dijo que no estaba hablando como “un técnico, sino según la doctrina social de la Iglesia, y eso no significa ser marxista”. Añadió que simplemente trataba de presentar un “panorama de lo que está ocurriendo” hoy en el mundo.
En otro documento la semana pasada, Francisco dijo que los elevados salarios y primas eran síntomas de una economía basada en la codicia y pidió a los países que estrechen la brecha de la riqueza.
Los conservadores entre los 1,200 millones de católicos han mostrado su preocupación y su decepción por algunos de los pronunciamientos papales, como cuando dijo que no estaba en posición de juzgar a los homosexuales que son personas de buena voluntad y que sinceramente buscan a Dios.
La noticia, si bien ha sido descartada por el papa, evoca aquellos tiempos en que en El Salvador se calificaba de “marxista” a cualquiera que no fuera de la derecha recalcitrante que agobiaba el país y que terminaron asesinando a seis sacerdotes jesuitas, que habían sido denunciados antes como marxistas.
Sobre el tema de Francisco y el comunista, ayer por la tarde Jonathan Capehart escribió en The Washington Post:
Podría creerse que la guerra de la extrema derecha contra el Papa Francisco, no ocuparía un momento en el tiempo del pontífice. Después de todo, solo son un pequeño grupo de estadounidenses apopléticos echando humo en televisión y radio, mientras Francisco debe administrar el Vaticano y dirigir a mis doscientos católicos en el mundo.
Pero, en una entrevista con el periódico italiano La Stampa publicada el sábado, le preguntaron directamente al Papa Francisco acerca del criticismo de la derecha conservadora en Estados Unidos. Él sabe lo que han estado diciendo acerca de él y en respuesta ofreció la otra mejilla.
Dijo el papa: “la ideología marxista está equivocada. Pero yo he conocido a muchos marxistas en mi vida quienes son buenas personas, entonces, no me siento ofendido.
Refiriéndose a la parte más sorprendente de la exhortación del papa en la que se refiere a una economía que “mata”, Francisco respondió:
No hay nada en la Exhortación que no se pueda encontrar en la Doctrina Social de la Iglesia. Yo no hablaba desde un punto de vista técnico. Lo que trataba de hacer era dibujar una imagen de lo que está ocurriendo. La única cita específica que utilicé fue con respecto a la teoría del goteo (trickle down) que asume que el crecimiento económico, estimulado por un mercado libre, inevitablemente tendrá éxito en lograr mejor justicia e inclusión social en el mundo.
La promesa es que cuando el vaso esté lleno, va a rebalsar, beneficiando al pobre. Pero lo que ocurre en cambio, es que cuando el vaso está lleno, por arte de magia crece y nada rebalsa para los pobres.
Esta fue la única referencia a una teoría específica. Repito que yo no hablaba desde un punto de vista técnico, pero de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia. Esto no significa ser marxista.
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