Ayer dijimos que estábamos muy mal, pero también ayer, funcionarios del gobierno aseguraron que la base económica del país es sólida y que el futuro pinta mejor.
La administración del presidente de El Salvador, Mauricio Funes (2009-2014), entregaría una sólida base económica a su sucesor (a tomar posesión el primero de junio del próximo año), sobre la cual la economía salvadoreña podría comenzar a crecer anualmente hasta en un 7%, a partir de 2015.
Así lo aseguró el secretario técnico de la presidencia, Alexander Segovia, al presentar el informe económico del 2013 y las perspectivas del 2014, en compañía del gabinete económico salvadoreño; precisamente, muchas de las cifras brindadas reflejarían los primeros indicios de esa sólida plataforma económica sobre la que el saliente Ejecutivo pretende fundamentar el motor de crecimiento de la economía, la cual cerraría este 2013 con un 2,3%, mientras que la proyección del siguiente año subiría un poco, con un 2,6%.
“Al próximo gobierno le queda una economía creciendo, si bien aún baja, y con una recuperación de empleos”, dijo Segovia, a pesar de haber experimentado perdidas por desastres naturales en el orden de los US$1.200 millones o hasta un 4% del Producto Interno Bruto (PIB) salvadoreño, justificó el funcionario.
Además, la economía salvadoreña, que creció solo un 1,9% el año anterior, comenzó a revertir su deficitaria balanza comercial, aseguró Segovia, al totalizar exportaciones, al cierre del 2013, por US$5.615,7 millones, lo que significa un aumento de hasta el 45,2% en esta administración, al comparar la caída del 2009, año que asumió Funes como Presidente (el 1 de junio de ese año), cuando alcanzó tan solo los US$3.866,1 millones.
Segovia también aseguró que se han sentado las bases para una reforma a la matriz energética salvadoreña, dependiente sobre todo de la producción de electricidad con base en derivados de petróleo, con la firma en pocos días de un contrato con Quantum-GLU, en sociedad con la finlandesa Wartsila, para la licitación por 20 años para proveer de 355 Megawatts (MW) de energía eléctrica, con base en una central de generación a gas natural.
La inversión en ese proyecto rondaría los US$900 millones.
“Ya hay empresas en la región que ven a El Salvador como exportador de gas natural para otros usos”, indicó el secretario técnico de la Presidencia, quien adelantó que para el período 2018-2019 se prevé que la matriz energética mute a una porción de gas natural del 30% y tan solo un 14% de petróleo.
Inversión pública se incrementa
La inversión pública en el período 2008-2013 alcanzó los US$770 millones, la más grande en tiempo de guerra o de paz de la historia reciente salvadoreña, lo que dinamizará el sector de la construcción y se espera, dijo Segovia, que la tasa anual de inversión pública en infraestructura se mantenga en alrededor del 3% del PIB.
La plataforma de servicios logísticos sigue siendo una gran apuesta de este Gobierno, informó el titular de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), Alberto Arene, con la concesión del Puerto La Unión cuyas ofertantes internacionales, cuatro o cinco, pronto competirán por la licitación final; con la ampliación y modernización del Aeropuerto Internacional, cuyo plan maestro se dará a conocer este próximo lunes, entre otros proyectos relevantes que también garantizarán crecimiento económicos mucho mayores a futuro.
Sin embargo, la piedra en el zapato sigue siendo el alto endeudamiento del Gobierno salvadoreño, ya que cerrará el año con el 56,2% del PIB, mientras que para el 2014 bajará levemente con el 55,6%.
El ministro de Hacienda salvadoreño, Carlos Cáceres, reconoció que recibieron una deuda en junio de 2009 del 39%, pero que parte del porcentaje de la deuda siempre se ha tratado de las pensiones y que en 2009 al restar esa porción se ubicaba en el 36, mientras que en este último quinquenio ha subido hasta en un 11%, siendo la cifra sin pensiones del orden del 44% o 45%, lo que todavía la haría manejable, pese a la criticas de analistas económicos y tanques de pensamiento.
Para ello aún se estudia una reforma al sistema de pensiones de manera de obtener ahorros en este gasto, pero tratando de afectar en lo menos posible a los contribuyentes, para lo cual Arene, de CEPA, opinó que la carga de las pensiones se palearía mucho mejor con crecimientos económicos mucho mayores, de alrededor del 6% o 7% y así se manejaría mejor la deuda con mayores ingresos, lo que posibilitaría proyectos como la plataforma logística y de servicios aeronáuticos y es a lo que se le apuesta desde su institución.
Las finanzas del Estado también han experimentado leves mejoras con una baja prevista en el déficit fiscal del 3,6% en 2014, después de un alto 6,3% en mayo de 2009, un mes antes de asumir Mauricio Funes; mientras que el 2013 cierra con un estimado de déficit fiscal del 4,2%.
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