Elizabeth Castillo
Seguridad ciudadana, economía, educación y salud son los temas propuestos para el debate presidencial que ASDER gestiona para enero 2014. Todos son temas importantes pero la seguridad ciudadana es imprescindible para influir en los demás.
También es necesario conversar sobre la cimentación de nuestra capacidad de respuesta para que las estrategias sean factibles de ejecutar y mantener de manera efectiva, sobre columnas de esfuerzo propio donde no cabe el endeudamiento extremo ni arreglos populistas que ofrecen respiro pero no responden a lo que prioritariamente necesitamos resolver. Para El Salvador, el “nudo de nervios” se concentra en la delincuencia, esto es lo primordial y primer tema a resolver, como dice Covey “primero lo primero”.
Los esfuerzos realizados por el gobierno Funes no deberían minimizarse en importancia porque para los beneficiados representan solución temporal a sus problemas y eso les provee cierto descanso, sin embargo, al no estar soportados en productividad nacional, tienen alto riesgo de insostenibilidad. Esos beneficios son un calmante que no ataca la enfermedad, es como pasar de cuidados intensivos a cuidados intermedios sin opción de retirar el respirador artificial. Si esos programas están basados en ayudas, donaciones y endeudamiento, no podrían aspirar a convertirse en políticas de país sino que se sumarían a las remesas y fortalecerían una vida social y económica sostenida por la voluntad de otros, es decir, sujeta a variables no controlables.
Lo correcto y seguro es que funcione el esquema productivo y que éste tenga importante componente de compromiso y responsabilidad pero basado en regalías o donaciones sino al cumplimiento de las regulaciones generales que permitan al gobierno recibir ingresos para desarrollar políticas de sostenimiento temporal a la población en proceso de incorporación a la vida económicamente activa, además de atender a las personas cuyas condiciones les impiden integrarse a la vida productiva, es decir, quienes deben ser favorecidos con el Principio de Solidaridad.
Un gobierno deseable se perfila como facilitador de la fuerza productiva; no desperdicia tiempo, actúa en congruencia con la situación y pone todo su esfuerzo en la meta de superarla, en lo que al aparato público compete. Es contradictorio esperar mejoras sin haberlas producido. En todo momento y más en nuestras condiciones, tener empleo es un privilegio, no trabajar o exigir lo imposible es afectante. En este tema, empleados públicos y privados deben tener claro que su bienestar depende de su productividad y que es esencial para ambas partes..
Volviendo al tema del respirador artificial, la condición del país no es para alegrarse; vivir del sostenimiento de otros estimula el parasitismo, esto es indigno independientemente del color que se pinte. Los programas sociales en sí son buenos siempre que no provoquen acomodamiento a un estilo de vida en el que no se participa trabajando ni teniendo potestad sobre el rumbo social y económico del país, hasta casi rozar con la caridad en sustitución del esfuerzo, obligatoriedad y solidaridad.
Los candidatos a la presidencia deberían tener clara la urgencia de fortalecer al enfermo para acelerar el momento de retirarle el respirador artificial consiguiendo que respire por su propio medio. Enfocarse a resolver con decisión la más grande barrera para el crecimiento: la delincuencia. Si se trabaja por tranquilizar el país, en general habrá más inversión, más cumplimiento de obligaciones y con eso el pase para sostener programas de ayuda temporal, solo para mientras se retira el respirador. Este sería el mayor reto para los candidatos, la propuesta que todos deseamos escuchar. Si la seguridad ciudadana fuese tema único del debate, no importaría porque sabemos que si eso se resuelve, lo demás se podrá alcanzar.
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