Sunday, December 22, 2013

CEPA Frustra Una Reunión Importante

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Netorivas

El jueves pasado, temprano por la mañana, me llamó Alberto Arene, presidente de CEPA (centro en la foto) para reclamarme por el artículo que había publicado ese día en el blog, Puerto de La Unión, Allá Donde Asustan.

Arene me dijo que yo estaba equivocado porque desconocía el fondo del problema. Para aclarar conceptos, sugirió que tuviera una reunión “de cuatro horas”, con Milton Lacayo, gerente del puerto de La Unión (izquierda) y Carlos Federico Paredes, gerente de concesiones de CEPA (derecha). Yo acepté y fijamos la reunión para el viernes a las 3 de la tarde en mi casa.

A las 4 de la tarde, el viernes, todavía no llegaban los funcionarios de CEPA y decidí llamar a Paredes, quien me informó que “el presidente” –supongo que Arene—había convocado a una reunión urgente y, seguramente, eso les impidió llamarme para disculparse.

Es una lástima que los funcionarios de CEPA no pudieron decirme en dónde estaba yo equivocado. Si lo hubieran hecho, talvez hubiera tenido yo que disculparme. Pero ante eso quiero reiterar lo que escribí el jueves y lo que le dije a Arene en nuestra conversación telefónica ese día.

Le dije a Alberto, que el puerto de La Unión es su pesadilla más grande. Yo mantengo eso, aunque el ferrocarril y el aeropuerto no andan muy atrás.

Escribí el jueves que CEPA piensa que pude adjudicar la concesión del puerto en mayo de 2014, pero solo para operar la fase I del nuevo puerto, pero que CEPA, por lo menos en el artículo de EDH, que publicó la noticia, no explica en qué comprende esa fase I. Pero lo que queda claro es que no son todas las “fases” del puerto.

Esta es primera vez que yo oigo hablar de una “fase” en la concesión del puerto. El periódico (o CEPA) no especificó cuántas fases son y si solo se va a concesionar la primera, qué pasa con la o las otras fases.

También escribí que mayo es el último mes del gobierno de Mauricio Funes y eso significa que corremos el peligro de que CEPA, bajo instrucciones presidenciales, acelere el proceso para adjudicar la concesión antes de que Funes se vaya. Correr para adjudicar la concesión faltando horas para que tome posesión el nuevo gobierno, es sumamente peligroso y una falta de cortesía para el gobernante a punto de asumir su cargo.

Lo anterior es muy importante. Para esa fecha el presidente electo estará a punto de tomar posesión de su cargo el 1 de junio. No cabe la menor duda, que, dada la importancia del problema de La Unión, el presidente electo habrá intervenido en el proceso de la concesión y estará preocupado por la posibilidad que la administración actual la adjudique, sin consultar con las nuevas autoridades.

Si yo fuera el presidente electo, le exigiría al gobierno saliente que no adjudicara la concesión del puerto y que dejara eso a mi gobierno, que, al fin y al cabo, va tener que vérselas con ese elefante blanco y le correspondería legítimamente adjudicar la concesión al operador que el nuevo gobierno considere más apropiado.

Sobre la falta de grúas en el muelle para descargar los contenedores, Arene me dijo que sería el operador quien tendría que suministrarlas. Ante los esfuerzos de CEPA para comprar dos grúas usadas, yo tendría que ver adónde en los documentos de licitación está estipulado que el operador tendrá la responsabilidad de adquirir las grúas.

En todo caso, hay que considerar que el puerto necesita dos grúas y que cada una tiene un costo aproximado de $15 millones y su entrega tarda, por lo menos, un año. Y si el operador las suministra, de una u otra manera se las cargará a la CEPA.

Se me dirá que mientras vengan las grúas, los barcos usarán las propias para descargar los contendores. Probablemente; pero si eso se prolonga mucho, los barcos dejarán de venir, porque su equipo no está hecho para suplir las grúas de los puertos.

El dragado. ¡Ay, el dragado! Me dijo Alberto que en enero recibirán de los japoneses el resultado de la batimetría y que se siente optimista de que el problema no es muy grave. Ya el último estudio de batimetría mostraba que el canal de acceso y los atracaderos estaban seriamente azolvados, a pesar que el gobierno de Antonio Saca, había tirado al mar alrededor de $25 millones para dragar el puerto.

Sin lugar a la menor duda, el costo para CEPA, para dragar el canal de acceso y los atracaderos no será menor de $30 millones, y la operación requiere tiempo.

En m artículo anterior, ee me quedó en el tintero referirme a los remolcadores que se requieren para atracar las naves. Su costo anda alrededor de $5 millones cada uno y se necesitan, por lo menos, dos, idealmente 4 unidades.

CEPA necesitará invertir unos $70 millones antes de que el puerto pueda operar como debe.

Y hay importantes factores ajenos a CEPA pero que afectan la operación del puerto. Ya hemos mencionado la falta de carreteras adecuadas. Pasarán varios años antes de que se construya una carretera de, por lo menos, 4 vías, de concreto, desde San Salvador, hasta La Unión.

Y finalmente, también ajeno a CEPA, las aguas negras de la ciudad descargan al lado de los atracaderos, que provocarían serios problemas de salud y que, al igual que el puerto, asustan a cualquiera.

Debo de admitir que Alberto Arene está haciendo todo lo que puede y que lo hace bien. Pero eso no resuelve los macro problemas del puerto que sigue siendo un elefante blanco, la pesadilla más grande de CEPA

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