Patricia D´Arcy Lardizábal*
Hay acontecimientos políticos que marcan la vida de los Pueblos y de las Naciones: La primera Guerra Mundial (1914-1918) definió la conformación del mundo político especialmente el dominio en Europa, donde los dos poderes hegemónicos, de aquel entonces, Alemania y Francia, se disputaron el poder habiendo el país germánico y teutónico, perdido el gran conflicto armado siendo obligada a claudicar al firmar el famoso “Pacto de Versalles” en el Palacio del mismo nombre, orgullo de Louis XIV el famoso “Rey Sol” que pronunció la famosa frase absolutista, “L´etat c´est moi.” El Estado soy yo.
Posteriormente, explotó con un despliegue de armas modernas, especialmente los tanques de guerra, la Segunda gran Guerra Mundial (1939-1945), en la cual se destacaron por una parte, los Países del Eje, la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini y el Japón de Hirohito, y por otra, La Gran Bretaña de Churchill y La Francia de De Gaulle.
En este Segundo conflicto mundial se vio obligado a participar, entre otras razones para proteger a su aliado, Inglaterra, Los Estados Unidos de América, quien definió el futuro del mundo por varias generaciones, gracias al científico judío Albert Einstein que le proporcionó al País del Norte el secreto atómico para desquitarse la muerte de seis millones de hermanos judíos que perecieron en los campos de concentración Nazi, “El Holocausto.”
Años después surgieron dos potencias victoriosas contra la Alemania de Hitler, que se repartieron el mundo, La U.S.S.R, presidida por Stalin, y Estados Unidos de Norteamérica lo que generó la famosa crisis de los años ochenta y que concluye con la caída del muro de Berlín.
Desde ese entonces Honduras en la lucha de poderes se define como aliado de los Estados Unidos y al caer las dictaduras centroamericanas de Jorge Ubico en Guatemala, Martínez en El Salvador, Carías en Honduras y la dinastía de los Somoza en Nicaragua, Honduras habiendo tenido que experimentar por un largo periodo de gobiernos militares, comenzó a la llamada “transición política” tratando de participar en la modernización económica e institucional y en la movilización de la sociedad civil (1950-2013.)
En la década de los cincuenta, Honduras presencio el desarrollo de algunos cambios económicos, sociales y políticos que modificaron su panorama nacional. Los efectos que tuvieron la gran huelga de 1954 y el impacto de ciertos fenómenos naturales afectó duramente la economía del País con los embates del Huracán Mitch y el Huracán Fifí. Posteriormente, nuestro país participo del proceso de Integración Económica Centroamericana rompiendo la dependencia tradicional de su economía con el banano entrando a una nueva etapa de desarrollo y logrando mayores tasas de crecimiento económico especialmente por la rápida industria manufacturera orientada principalmente a la sustitución de importaciones de bienes.
Sin embargo la transición a la democracia en Honduras se inicia con la convocatoria a elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente, cuya mayoría fue obtenida por el partido liberal de Honduras. (1980,) lo que dio paso a una nueva Constitución después del interinato del General Policarpo Paz García, Honduras se inserta en la globalización de influencia neoliberal (1980-2013.)
No podemos dejar de mencionar que el periodo de la transición democrática hondureña fue objeto de tensiones en toda la región centroamericana la que se volvió convulsa principalmente entre Guatemala, El Salvador y Nicaragua; tocó al ingeniero José S. Azcona de Hoyo (1986-1989) período en que se logran los Acuerdo de Paz del Proceso de Esquipulas II, que traen consigo una etapa de relativa estabilidad política y económica a nivel regional y en cada uno de sus países.
Después del Presidente Azcona sobrevinieron tres elecciones pacíficas, Reina, Callejas, Maduro – que fortalecieron la economía neoliberal y que fueron fruto de elecciones libres, las que cada día han venido mejorando y perfeccionando el sistema democrático.
Honduras se vio afectada por el colapso de su sistema institucional y jurídico con la interrupción de su nuevo proceso electoral que desde el poder patrocinaba la “cuarta urna,” lo que hizo desembocar en el llamado golpe de Estado – (28 de Junio del 2009) que produjo un desplome significativo en la legitimidad institucional, la que por suerte no destruyó el proceso electoral gracias a la actuación del Gobierno interino de Roberto Micheletti, lo que hizo culminar el proceso en un rotundo triunfo electoral a favor del Partido Nacional (Presidente Lobo Sosa.)
Es aquí justamente después de esa larga transición donde comienza “EL NUEVO AMANECER POLITICO.” Creemos justo ante ese nuevo despertar reconocer el enorme esfuerzo que lleva a cabo el Tribunal Supremo Electoral para que, las elecciones que van a realizarse el 24 de noviembre sean limpias y transparentes. Estamos culminando una nueva etapa política en materia electoral, la disyuntiva es clara, o se respeta íntegramente el Proceso Electoral y las reglas que lo rigen o permitimos que las prácticas totalitarias del Gobierno admitan que se introduzca el fraude electoral. Así las cosas nos va, a pocos días, tocar escoger entre la democracia y la dictadura. La multiplicidad de partidos que van a concurrir a las elecciones ponen en evidencia que, si no hay un resultado aplastante de un Partido sobre los demás dará lugar a un nuevo sistema de Gobierno visto por primera vez en Honduras, tendrá que ser el Gobierno de las alianzas donde ningún partido como sucede ahora, en forma totalitaria, va a ejercer el poder. Ello, sin lugar a dudas beneficiará la Democracia hondureña y Honduras saldrá, al fin, de esa larga transitoriedad política preñada de irregularidades y abusos.
* * La autora es hondureña, sobrina del editor de este blog. Su artículo saldrá publicado en el diario La Tribuna de Tegucigalpa el próximo domingo.
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