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Cuando Guatemala decidió unirse a Petrocaribe, la alianza de 17 países a los que Venezuela vende petróleo por debajo de los precios del mercado y otras condiciones favorables, el futuro del programa era optimista. Los precios del petróleo giraban alrededor de $100 el barril y Venezuela tenía las reservas más grandes del mundo.
Eso era en 2008.
Desde entonces, el Presidente Hugo Chávez ha fallecido y deja a una Venezuela con serios problemas económicos, que hacen dudar de su ideología del Socialismo del Siglo 21, y cómo la política económica al interior del país y al exterior podría ser afectada.
El futuro de Petrocaribe es lo primero que se viene a la mente.
A principios de este mes, Guatemala anunció que saldría de la alianza dado que el costo de mantenerse en ella había aumentado. La decisión guatemalteca fue la señal más clave que el programa por cambio en las “reglas del juego”.
“O salvan su propio régimen, o siguen haciendo lo que están haciendo, que es contribuir riqueza petrolera a amigos, socios y camaradas. En ese caso, toda la cosa (Petrocaribe) colapsa”, dice Evanan Romero, un consultor sobre asuntos energéticos, que fue miembro de la directiva de PDVSA, hasta 1999.
Mientras que el gobierno venezolano ha prometido mantener Petrocarbe intacto, calladamente ha recortado los embarques se petróleo, y puede estar considerando aumentar las tasas de interés y modificar los términos de la deuda. Estos cambios podrían causar un serio impacto, sobre todo en pequeños países, como el nuestro, acostumbrados a puntalear sus economías con el petróleo venezolano.
Guatemala no es el único país de experimentar cambios en sus negocios con Venezuela. La República Dominicana, uno de los países que más petróleo venezolano recibe, está recibiendo solo la mitad de los 50 mil barriles por día que le fueron prometidos, según fuentes oficiales.
En 2008, cuando Guatemala comenzó las negociaciones para lograr un lugar en la organización, Honduras se sumó a ella, esperando recibir unos 20 mil barriles diarios. Tegucigalpa todavía está esperando el primer embarque por supuestos problemas con las refinerías venezolanas.
El Salvador no es parte de Petrocaribe, pero el FMLN se beneficia de una gran variedad de programas, todos provenientes de las compras de petróleo que Albapetróleo hace a Venezuela.
Seguramente el FMLN no está muy preocupado por la posibilidad de que las condiciones de venta de petróleo venezolano se vuelvan más restrictivas, porque, dirá, que ellos no son Guatemala ni Honduras y se sientes más cercanos al gobierno venezolano que esos países.
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