Elizabeth Castillo
Para identificar soluciones es imprescindible pararnos en la realidad. El reto que nos deja el PNUD al cierre del 2013, está amarrado con la probidad y enfocado principalmente al desarrollo humano. Imaginar un nuevo país, es probablemente lo que hacemos todos los días pero hacerlo posible es un compromiso que no logra permearnos. Vemos una parte del por qué.
Según el PNUD, al lograr incluir una parte del Sector Informal -calculado en 60%- para que pague “monotributo”, se estaría reforzando significativamente el presupuesto nacional. Esta inclusión no solo aporta vía impuestos sino en beneficios para los empleados, por ejemplo, al acceder a seguridad social. La opción es viable pero significa alto costo político al provocar acciones de rechazo, sin embargo, es parte de la solución y no todos los medicamentos tienen buen sabor. Hay que hacerlo.
Existieron en El Salvador algunos Impuestos para gravar actividades específicas. El Impuesto Selectivo al Consumo, gravaba la adquisición de bienes calificados como lujo: yates, joyas, perfumes, helicópteros, vehículos y otros que no son de adquisición popular ni forman parte de la actividad generadora. Este Impuesto fue derogado. Otro ejemplo es el Impuesto sobre el Patrimonio, cuyo impacto era específico y si se quería, podía identificarse para que no formara parte del “efecto cascada” hacia el consumidor sino en forma directa hacia la renta y capital de las personas, naturales y jurídicas. También fue derogado. Ambos Impuestos tenían la debilidad de no establecer con claridad que debían absorberse por los propietarios sin trasladarlo a los precios, esto podía solucionarse sin necesidad de derogarlos.
Así, puede corregirse debilidades en los Impuestos, robusteciendo las leyes para el “monotributo”; combate al contrabando; elusión; evasión; formas de cálculo y otros. La clave es asegurarnos que los dineros obtenidos sean correctamente utilizados. Esto es parte del compromiso que no logramos permear. ¿Cómo resolverlo?
Aunque los Impuestos no sean gratos, debemos entender que es la única forma de dar soporte a un presupuesto nacional capaz de solventar los problemas sociales, infraestructura y otros que a su vez, son parte indiscutible del éxito que tengamos en otras áreas. Por ser “Impuestos” representan obligatoriedad pero no excluye eliminar de la mente el destino y forma en que se usan. Esto es relevante.
El PNUD habla de probidad, eso es indispensable y si nos basamos en la definición, además de honestidad y honradez, se refiere a actuar con integridad. La integridad llama al honor, rectitud y moralidad; entonces, apelar a la probidad debería ser suficiente pero no lo es porque se hacen gastos elevados no necesarios, amparados en que la ley lo permite, mostrándolos como correctos. De allí la necesidad de también incluir y entender la austeridad como base para el gasto. La austeridad en el gasto público, en el consumo comedido, representa una forma de vida siempre y debe ser congruente con la crisis, es decir, pararnos todos en la realidad.
También es importante la empatía para percibir cómo está la condición de los empleados y empresas privados; comparar salarios y prestaciones de tal manera que la facilidad que tienen los empleados públicos para reclamar mejoras, no vaya más allá de la que tienen los privados ya que eso provoca justa inconformidad, especialmente porque de los impuestos se pagan los salarios y prestaciones de los públicos, incluidos otros beneficios de altos funcionarios. Optar a la austeridad como parte de la solución, incluye a todos, caso contrario, no es suficiente.
Si bien los Impuestos son obligatorios, eso no exime de cuidarlos, invertirlos con eficiencia y entregar cuentas. Mucho más se podrá recaudar y nunca alcanzará si no se utilizan con prudencia, inteligencia, respeto al consumidor final, probidad y austeridad.
http://www.laprensagrafica.com/2013/11/19/pnud-propone-que-sector-informal-pague-impuesto
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