Elizabeth Castillo
Cuando escribieron la actual Constitución, el tiempo y espacio eran distintos. Esa Ley obligó a frenar retrocesos, abusos y un caminar hacia adelante dentro de límites que en aquel momento los Legisladores alcanzaron a prever; sin embargo, El Salvador caminó rápido, la experiencia de la guerra entre hermanos no solo causó lamentos sino que obligó un escenario de aspiraciones para el que la Constitución se quedó atrasada. No tiene respuesta a lo que ahora necesitamos.
El pensamiento de la mayoría de salvadoreños, especialmente de quienes no están involucrados con los Partidos Políticos, creció y maduró tanto que se volvió incrédulo, impaciente por los cambios y temerosamente agresivo con los Políticos Partidarios, eso llevó a la actual situación en la que con dificultad se encuentra personas que respeten a los Políticos.
Los Políticos por su parte, continuaron como siempre haciendo de la falacia y demagogia su principal bastión; ofreciendo hasta llegar al cinismo para captar votos a sabiendas que sus promesas no son factibles o que para conseguirlas es imprescindible contar con el apoyo de sus adversarios. Eso perfila la imposibilidad de llegar a acuerdos sostenibles que apoyen soluciones de corrección inmediata, mucho menos soluciones estructurales que trasciendan quinquenios.
Ante ese panorama, si responsablemente preguntaran a los salvadoreños – Alfa y Omega de la Ley- si están de acuerdo con actualizar la Constitución, seguramente la respuesta sería que sí. No debe existir temor a la modificación de la Ley porque no es para regresar al pasado, sino para adecuarla a lo actual y robustecer la sociedad del futuro. Los Legisladores que en aquel momento la escribieron eran o son personas conocedoras pero no tenían todos los insumos para prever lo que ahora ocurre. No fue su culpa la trampa que nos impusieron.
Para citar un ejemplo: en este momento las encuestas o simplemente las apreciaciones, muestran que hay tres partidos políticos marcando tendencia a la distribución de votantes. Esa tendencia determina preferencia hacia un partido y al mismo tiempo desecha a los otros dos. Significa entonces que las políticas a implementar en el plan de gobierno del que resulte con mayoría de votos, será desestimado por los demás hasta llegar si les es posible, a obstaculizar el camino. El resultado será mutilación de esfuerzos y neutralización de avances.
En cambio –y por favor no lo tomen a broma aunque sea viernes- si se constituyera una Junta de Gobierno formada por los candidatos de todos los partidos políticos, todos tendrían poder pero estarían obligados a transigir –no a negociar- para obtener las mejores opciones para el país. Cada partido político tiene dirigentes y correligionarios fuertes, inteligentes, capaces y más pero, ante la imposición que solo puede elegirse uno, la confrontación y retroceso es inevitable porque ninguno satisface a la mayoría. Una muestra es que para las elecciones del 2014 –tristemente- ningún candidato goza de respeto y credibilidad suficiente, excepto para sus votantes incondicionales. En conclusión, cada uno de los candidatos es aceptado solo por minorías.
Es importante que los Políticos Partidarios recuperen o generen respeto hacia ellos. Eso no se consigue con bajeza en sus exposiciones demostrando ser más fuerte en la medida que minimicen a los demás. Deben considerar que un solo voto para un partido político merece respeto porque es la aspiración de quien lo emitió, se entiende que ese es su deseo y tiene alto valor. Las elecciones no son un partido de fútbol en el que podemos conformarnos diciendo “lo importante no es ganar sino competir”, en política eso es falso. Es importante ganar, lo que no han entendido es que es importante que triunfe la población no los Políticos; que ellos representan el medio para conseguirlo y que eso les eleva a niveles donde les está vedada la falsedad, intolerancia, aprovechamiento, abuso, corrupción, prepotencia, etc.
¿Será factible actualizar la Constitución y que nuestro El Salvador goce de una Junta de Gobierno? Creo que sí, que hasta hoy esa Ley nos ayudó mucho pero que corrimos más rápido de lo esperado. Hoy necesitamos instrumentos legales que respondan a la nueva forma de vivir, a las necesidades y confiar que no son imprescindibles los artículos pétreos, lo que sí es imprescindible son Políticos Partidarios honestos, responsables, con visión a largo plazo, al tenerlos, nuestra misión es confiar en ellos, respetarlos y apoyarlos.
0 comments:
Post a Comment