Netorivas
Suena bien, suena justo, pero suena peligroso. Si los agentes y oficiales de la PNC sienten que no les va a suceder nada si matan a alguien, pues lo harán con mucha más facilidad que hasta ahora.
No es que matar en defensa propia a un delincuente no sea justificable y que no debe ser punible por la ley, pero si los policías sientes que son inmunes, el riesgo que la sociedad correría es muy grande.
No debe existir el “asesinato justo”. El asesinato se debe justificar en una corte de ley, no por decreto.
Lo que podría resultar es un aumento de las muertes de (supuestos) pandilleros por agentes u oficiales de la PNC. Sería difícil, sin embargo, evitar las muertes por causas fingidas, lo que las convertiría en hechos controversiales.
En Londres, un oficial de policía, mató a Azelle Rodney, de 24 años, cuando estaba sentado en el asiento trasero de un automóvil que había sido detenido por la policía en una calle de la capital inglesa.
El oficial disparó ocho proyectiles de su arma en solamente dos segundos, que hicieron blanco en Rodney, seis en el brazo, y adelante y detrás de la cabeza.
El hecho tuvo lugar en abril de 2005 y durante la larga espera por el juicio, el oficial alegó que había visto a Rodney agachándose, lo que lo hizo creer que estaba a punto de abrir fuego contra él y sus colegas.
Sin embargo, el juez a cargo del juicio, desestimó la explicación diciendo que no hubo justificación alguna para matar el Rodney. Concedió que el agente creyó honestamente que Rodney era peligroso y una amenaza para él y sus colegas, pero que la amenaza no justificaba la necesidad de matar al individuo.
¿Qué lecciones aprendemos del caso citado?
1. El agente actuó precipitadamente ante un supuesto indicio de que la persona capturada iba a disparar contra él y sus colegas.
2. Eso no justifica que haya hecho ocho disparos en menos de dos segundos, con la evidente intención de matar al detenido.
3. El agente fue sometido a juicio y si la corte hubiese encontrado que la muerte del imputado hubiese sido un “asesinato justo”, seguramente hubiera indultado al oficial de policía.
Pero más importante que todo, es que en Inglaterra, como en los otros países desarrollados no existe licencia para matar, no importan las circunstancias.
El agente u oficial que lo haga, deberá ser sometido a juicio, aunque no sea encarcelado hasta que no haya un veredicto que lo condene o que salga libre si es absuelto.
Estoy de acuerdo con el director del a PNC, Rigoberto Pleités, quien el martes la necesidad de reformar el Código Penal y ampliar la protección a policías que maten o lesionen a criminales en el cumplimiento del deber.
El funcionario calificó como un “derecho universal y humano” la legítima defensa y en el caso de los policías deben tenerse consideraciones por tratarse de servidores públicos que buscan proteger a la ciudadanía.
Pero a esas reformas hay que ponerles salvaguardas para que no sean simplemente, una licencia para matar.
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