
(Primera de dos partes)
Oswaldo Henríquez Watson
Excelentísimo señor Vicepresidente de la República de El Salvador, compañero Salvador Sánchez Cerén, en nombre de la comunidad que represento me dirijo a usted para expresarle las inquietudes y preocupaciones de mis vecinos con respecto a lo que usted dijo recientemente en contra del pueblo estadounidense y el Gobierno de Estados Unidos.
Para comenzar, soy el profesor René Santos Maldonado, de 73 años cumplidos, hombre fiel al partido FMLN, formo parte del corazón de su estructura ideológica al que le llaman el voto duro, me declaro ortodoxo, socialista y con tendencia clara al comunismo.
Represento en esta ocasión a la comunidad Asunción situada entre la 12 calle poniente y la 35 avenida sur en la colonia Flor Blanca de San Salvador, para más señales mi casa porta el # 29-A.
Mi casa es una champa digna, su construcción, si puede llamarse así, no rompe la arquitectura de las chozas circunvecinas, pues está construida, como casi todas las del tugurio, con láminas de zinc viejas y carcomidas por el viento, la humedad, la desidia, pero sobre todo llenas de una misteriosa miseria, la cual no sabemos por qué la permite Dios.
Cuatro maderos, llamados cuartones, clavados en la tierra y todavía revestidos con mezcla de cemento y arena, los cuales las sustrajimos de alguna construcción, forman el sostén de mi vivienda. Pedazos de madera mal cortados sostienen la barraca y forman una trama orgánica estructural con algunos trozos de bambú y madera podrida amarrada con lazos y camisas raídas por el uso conforman el esqueleto de mi casa.
El piso de la pequeña habitación de cuatro por cuatro metros nunca fue nivelado. No tiene ventanas, la puerta presenta unas bisagras hechas de pedazos de hierro retorcido incrustadas en sendos aros del mismo material.
Entre los muebles depositados dentro de la champa, se encuentra mi camastro el cual fue fabricado del mismo material con el que construí mi cabaña.
No quiero enumerar más la miseria en que nos encontramos los habitantes de mi comunidad, pero quiero aclarar que no vengo en representación de ellos para pedir algo que usted tenga que sacrificar o que se lo quite a los ricos para dárnoslo. Además le escribo a usted--hombre prudente y a quien admiro--, en su calidad de Vicepresidente y no como otra persona, en la que usted a veces me confunde, cuando nos tiene que definir en calidad de que individuo está hablando, si de Vicepresidente o biznieto, nieto, tío, primo, hermano, del partido FMLN, Ministro de Educación, profesor, ex combatiente, político, ateo o como socialista triunfante del siglo XXI.
Normalmente la mayoría de las personas que conozco son duales pero inscritas en una sola persona, conozco también casos de doble personalidad, que es un trastorno “disociativo de identidad” y que puede llegar a convertirse en bipolar, pero su caso es muy especial, usted se presenta ante la sociedad como un individuo que tiene múltiples personalidades, lo cual lo puede llevar a la enajenación mental, situación que para nada queremos que le ocurra particularmente a los que pertenecemos al FMLN.
Le digo todo esto, porque como Vicepresidente en funciones, en caso de que muera nuestro querido presidente Mauricio Funes (Dios no lo quiera), usted sería por mandato constitucional el nuevo presidente.
No nos confundamos compañero Cerén, pues bien y como un ejemplo real de nuestra petición, me acompaña y firma esta carta la camarada efemelenista Dolores Ayala Serpas viuda, de 54 años de edad y que vive a tres casas de mi choza, en la que habitan ocho miembros de su familia, sus dos ancianos padres, dos nueras y tres nietos.
Sus dos hijos viven en forma ilegal en EUA y están a punto de obtener la residencia. Ellos envían trescientos dólares mensuales, con los que se sostienen los ocho, no omito manifestarle que en mi caso particular vivo solo y un sobrino a quien cuidé desde niño me envía también de los Estados Unidos doscientos dólares mensuales con los cuales me sostengo, no pude obtener la jubilación porque anduve peleando en el cerro de Guazapa y sus alrededores.
Como todo buen correligionario (aunque usted no me lo está preguntando), todos los meses doy mi diezmo de 20 dólares al FMLN, no soy religioso y me confieso públicamente como ateo y comunista.
Para acabar con estas explicaciones, deseo aclarar que el 50% de los que viven en mi comunidad, reciben las remesas que nos envían con grandes sacrificios nuestros pobres y explotados hermanos por los neoliberales gringos.
Como camarada me sentí importante al escuchar su discurso, en el cual les decía a los capitalistas del imperialismo yankee, sus cuatro verdades, que bien se las tienen merecidas.
Usted les dijo, apegado a la verdad y con justicia: “Le digo al pueblo de Estados Unidos que aprenda las enseñanzas: fueron derrotados en Vietnam, fueron derrotados en El Salvador y van a ser derrotados en América Latina”.
Palabras y frases ciertas, más cuando escuchamos las confirmaciones contundentes de Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega, Rafael Correas y los Hermanos Castro. Nada más apegado a la verdad que lo que dijo. Efectivamente a los Estados Unidos, los vamos a derrotar aun a costa de nuestras vidas.
Pero y aquí viene el maldito pero, los de nuestra comunidad se preguntan qué va a pasar con sus remesas y como van hacer para comer.
El día no lejano por cierto que ganemos y derrotemos a los gringos y los veamos postrados en el suelo, los dos millones de salvadoreños no teniendo empleo y estando los Estados Unidos invadido por nuestro eficiente ejército, tendrán que regresar a El Salvador, adonde apenas nos alcanza para comer, imagínese compañero Cerén que entonces nos enfrentaremos a dos calamidades:
La primera alimentar a los dos nuevos millones de salvadoreños y también a sus familias y segundo no contaremos con los tres mil quinientos millones de dólares de sus remesas.
Continuará…
Manuscrito emitido en la ciudad de San Salvador, el 9 de mayo de 2010, por Ohachedoblevé.